
“No puedes ser otra persona liderando. Pero sí puedes ser tu mejor versión”
Durante años, el liderazgo se ha enseñado como si existiera una fórmula universal: sé firme, toma decisiones rápido, mantén el control, sé carismático… y repite.
Pero eso no funciona para todos.
De hecho, esa narrativa tradicional ha hecho que muchos líderes se sientan frustrados, desgastados o desconectados de su rol. Como si tuvieran que “actuar” todo el tiempo para estar a la altura de un modelo impuesto.
¿Y si te dijera que la clave no está en cambiar quién eres… sino en descubrir desde dónde lideras naturalmente?
Eso es lo que propone el coaching basado en fortalezas: una forma de liderar auténtica, alineada contigo, y mucho más poderosa que intentar encajar en moldes.
Liderar desde tus fortalezas: el enfoque que cambia todo
Cuando conoces tus fortalezas —y no hablamos solo de lo que haces bien, sino de aquello que te energiza, te da sentido y fluye contigo— algo cambia.
Empiezas a liderar con más presencia, más claridad y, sobre todo, más autenticidad.
Y esto tiene un impacto real:
- En tu bienestar: porque dejas de luchar contra tu forma de ser
- En la productividad del equipo: porque lideras desde tu mejor versión
- En la cultura organizacional: porque modelas un liderazgo positivo y sostenible
El resultado: un liderazgo más humano, enfocado en el potencial, no en la corrección constante.
Los 4 tipos de liderazgo según fortalezas FORTE
A continuación, te presento 4 perfiles de liderazgo basados en algunas de las fortalezas clave del modelo FORTE del IEPP:
1. El líder ESTRATÉGICO (fortaleza: Planificación)
- Cómo lidera: Piensa con anticipación, visualiza posibilidades, estructura proyectos y organiza equipos de forma que todo fluya.
- Su poder: Trae orden, visión de futuro y claridad de ruta a su equipo.
- Qué lo energiza: Crear planes, escenarios, organizar tareas y prever lo que vendrá.
- Frase típica: “¿Cómo nos preparamos para lo que viene?”
- Riesgo: Paralizarse en la organización sin pasar a la ejecución.
Ideal para cargos de dirección, innovación, áreas de planificación o transformación estratégica.
2. El líder CONECTADO (fortaleza: Conocimiento emocional)
- Cómo lidera: Escucha profundamente, reconoce lo que sienten los demás, entiende el clima emocional del equipo.
- Su poder: Fomenta confianza, reduce tensiones y crea vínculos sólidos dentro de su equipo.
- Qué lo energiza: Conversaciones significativas, comprensión emocional, construir relaciones de calidad.
- Frase típica: “¿Cómo te sentiste con esa decisión?”
- Riesgo: Cargar con el malestar emocional del equipo si no gestiona bien los límites.
Ideal para liderar equipos sensibles, gestionar cambios o fortalecer la cultura de bienestar.
3. El líder IMPULSOR (fortaleza: Vitalidad)
- Cómo lidera: Transmite energía, activa proyectos, moviliza personas. Tiene una actitud entusiasta y contagiosa.
- Su poder: Es el motor que pone en marcha las ideas y mantiene el ánimo alto en el equipo.
- Qué lo energiza: Nuevos retos, tomar acción, resolver rápido y avanzar.
- Frase típica: “¡Vamos a hacerlo, ya!”
- Riesgo: Impaciencia o frustración con procesos lentos o burocráticos.
Ideal para startups, lanzamientos de producto, equipos creativos o en expansión.
4. El líder EXPLORADOR (fortaleza: Curiosidad)
- Cómo lidera: Siempre está aprendiendo, cuestionando, abriendo nuevos caminos. Crea culturas donde explorar es parte del ADN.
- Su poder: Fomenta innovación, desafía el statu quo, estimula el crecimiento de su equipo.
- Qué lo energiza: Lo desconocido, las preguntas, las nuevas formas de hacer las cosas.
- Frase típica: “¿Qué podríamos hacer diferente esta vez?”
- Riesgo: Cambiar de dirección con demasiada frecuencia o dispersarse en exceso.
Ideal para roles en innovación, aprendizaje organizacional o liderazgo en entornos de cambio.
¿Qué pasa cuando lideras desde lo mejor de ti?
Cuando un líder descubre su fortaleza dominante y la integra a su liderazgo, ocurren tres cosas clave:
1. Se siente alineado y seguro
Ya no necesita “actuar” liderazgo. Se convierte en una versión más conectada de sí misma.
2. Libera el potencial de su equipo
Cuando lideras desde lo que te hace fuerte, invitas a otros a hacer lo mismo. Tu equipo florece.
3. Toma decisiones con claridad
No desde el miedo o la presión, sino desde la autoconfianza y la autenticidad.
¿Cómo descubrir tu fortaleza dominante?
Te dejo algunas preguntas para comenzar:
- ¿Qué actividad haces que te recarga en lugar de agotarte?
- ¿Qué dicen los demás que haces “fácil” y ni te das cuenta?
- ¿En qué momentos sientes que estás “fluyendo”?
Y si quieres hacerlo en profundidad, el método que utilizo tiene herramientas muy claras para identificar tus fortalezas y empezar a trabajar con ellas desde hoy.
Cuidado: una fortaleza mal gestionada también puede jugar en contra
- Planificación sin acción = parálisis.
- Conocimiento emocional sin límites = desgaste emocional.
- Vitalidad sin foco = impulsividad.
- Curiosidad sin dirección = dispersión.
Liderar desde tus fortalezas no es usarlas todo el tiempo, sino saber cuándo activarlas, cuándo dosificarlas y cuándo complementarlas.
Caso real: lo que pasó cuando Gabriela descubrió su fortaleza
Gabriela, CEO de una pyme del sector salud, lideraba desde el control y la corrección. Vivía agotada.
Al identificar su fortaleza dominante (conocimiento emocional), todo cambió.
- Redefinió su rol: de controladora a facilitadora.
- Dejó de micro gestionar.
- Construyó relaciones más sólidas y productivas.
Hoy su equipo es más autónomo, más feliz y más eficaz. Y ella, por fin, lidera con propósito y ligereza.
Y tú, ¿desde qué fortaleza estás liderando?
Te invito a reflexionar:
- ¿Cuál de estas fortalezas sientes que es tu “motor natural”?
- ¿Cómo sería tu día si pudieras liderar desde ahí todos los días?
Cuéntame en los comentarios:
¿Cuál de estos tipos de liderazgo te representa más?
Y si conoces a alguien que necesita reconectarse con su autenticidad como líder, compártele este artículo.





